viernes, 31 de mayo de 2013

Mosquito

Un mosquito despiadado emergió de las profundidades de la cortina

Despegó con sonrisa macabra cómplice del suceso a suceder recientemente planeado

Sigilosamente perdido su rastro sonoro entre la música del cuarto se acercó a centímentros de mi cuerpo

Apoyó sus miembros ansiosos por el calor de mi piel

Me bebió la sangre.

Sus miembros saciados por el calor de mi sangre despegaron

Se alejó impunemente confundiéndose con la música que nunca comprendería abandonando la cercanía de mi cuerpo fuente

Aterrizó en su hogar momentáneo con la sonrisa satisfecha por el suceso sucedido

Se fundió en armonía, casi imperceptible, en la profundidad de la cortina.




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