sábado, 8 de marzo de 2014

Transeúntes nocturnos

La luz sólo es necesaria para ver si lo único que se tiene son los ojos. El fulgor interno amanece en la oscuridad y navega en las costas grisáceas que imitan la rabia. Se extiende inmensa en un manto de búsqueda implacable para los transeúntes nocturnos. El vacío nos seduce a soltarnos en el abismo sin que nos consuma la ruptura, tras la caída sólo queda la cicatriz que un supuesto fin nos amalgama. A veces, tímidamente se asoma la confesión de que no existe ningún límite; confesión que nos ata en el delirio, miedo de ser lo todo lo que fuimos y todo lo que podríamos haber sido. Un hombre definido en el defecto del tiempo, la ilusión que confunde la mente como eterno. La luz sólo es necesaria para ver si lo único que se tiene son los ojos

lunes, 3 de marzo de 2014

Construcciones de lo invisible

Entropía de sueños,  un amanecer nefasto en su límite ¿cuándo retorna la conciencia que se pierde desde que nos sumergimos en la vorágine del dia?
                                                               
       Castillos de palabras,
       construcciones de lo invisible.