domingo, 29 de septiembre de 2013

Palabras de lluvia

La lluvia apacible me insinúa que nada está perdido porque jamás todo fue encontrado, respiro el sol que no me ilumina esta melancolía sobre un tiempo que ni siquiera viví, un amor que no amé. Pero todo eso está aquí, latiendo en mi cabeza en forma de pensamiento, latiendo en mi pecho en forma de poema. 
Formas sutiles que se dibujan en las sombras de las cosas porque las cosas son sólo palabras y las palabras son sólo esta lluvia.


                     Foto: Caminos de lluvia./ Cristina García Rodero.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Desaparece

En ocasiones me pregunto por qué nací humana y no estrella. Entonces, en ocasiones, con el dolor de la incertidumbre de lo que no es y con el dolor de la certidumbre de lo que es, cierro mis ojos y navego dentro de un mar primitivo que (casi) no me corresponde. Entre el oleaje voy perdiendo conciencia de mis miembros, mis órganos y mis sentidos, hasta que llega el magnífico instante...¡Pero es una ficción! De astro sólo tengo la cal; mis ojos son humanos e impacientes, se abren y el mar se transforma en sequía. De todas formas no me importa: aunque sea sólo por un instante, fui luz...





domingo, 22 de septiembre de 2013

Temo

Temo
a la hora inconsumida
al silencio abrupto
                            que brota en la brisa de tu aliento.


Me temo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

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El cielo se disfrazó
de dios nocturno
oculto tras la cortina de los párpados,
dormía
me soñaba criatura bifurcada
en carne y fluido,
me creía algo diferente al cielo.
Fue ese el momento,
lúdica
la luna
irrevocable
asaltó
mi sueño.
Ella,
sigilosa y cauta,
nadando en su néctar de sombras
delineada tras unas manchas grisáceas,
acaparando la luz que se me era negada
arrancó
mis párpados.
Fue ese el momento
en el que ya no me dolió más la piel.


martes, 10 de septiembre de 2013

Simpática Empatía

La noche respira un viento irreverente que, decidido a volar la ciudad en estrellas, entra a través de mi ventana y me susurra:
todo ocurrió como ocurrió
porque
soy caprichoso.
Yo me río de su simpática empatía. Desilusionada, comprendo que él tampoco me puede dar respuesta alguna. Sin embargo me dejo encantar por su andar de dios enamorado y me pierdo en esta fusión que nunca fue porque jamás se escindió.

viernes, 6 de septiembre de 2013

La poesía

La poesía es la prerrogativa del espíritu negada, lamentablemente, por demasiados humanos. Nadie mejor que Octavio Paz para introducirnos (¿o advertirnos?) en las emociones que podrían despertarse a través de la misma.
Salud!


La poesía

Llegas, silenciosa, secreta,
y despiertas los furores, los goces,
y esta angustia
que enciende lo que toca
y engendra en cada cosa
una avidez sombría.

El mundo cede y se desploma
como metal al fuego.
Entre mis ruinas me levanto,
solo, desnudo, despojado,
sobre la roca inmensa del silencio,
como un solitario combatiente

Verdad abrasadora,
¿a qué me empujas?
No quiero tu verdad,
tu insensata pregunta.
¿A qué esta lucha estéril?
No es el hombre criatura capaz de contenerte,
avidez que sólo en la sed se sacia,
llama que todos los labios consume,
espíritu que no vive en ninguna forma
mas hace arder todas las formas. contra invisibles huestes.

Subes desde lo más hondo de mí,
desde el centro innombrable de mi ser,
ejército, marea.
Creces, tu sed me ahoga,
expulsando, tiránica,
aquello que no cede
a tu espada frenética.

Ya sólo tú me habitas,
tú, sin nombre, furiosa substancia,
avidez subterránea, delirante.

Golpean mi pecho tus fantasmas,
despiertas a mi tacto,
hielas mi frente,
abres mis ojos.

Percibo el mundo y te toco,
substancia intocable,
unidad de mi alma y de mi cuerpo,
y contemplo el combate que combato
y mis bodas de tierra.

Nublan mis ojos imágenes opuestas,
y a las mismas imágenes
otras, más profundas, las niegan,
ardiente balbuceo,
aguas que anega un agua más oculta y densa.
En su húmeda tiniebla vida y muerte,
quietud y movimiento, son lo mismo.

Insiste, vencedora,
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
substancia de mi alma.

Eres tan sólo un sueño,
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.

Llévame, solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.


Octavio Paz



domingo, 1 de septiembre de 2013

Has decidido unas pequeñas vacaciones de cielos soleados y te has instalado en mis ojos. Ya corrió insaciable el tiempo desde el último instante en que te pude contemplar fuera mio: exijo la real razón por la cual insistes en limpiarme a mi en vez de dedicarte a purificar esta ciudad tan basura. 
Te amo tanto
que por vos
me he resignado
a la dialéctica de los días
a la tiranía de las noche.
Me entrego,
ya sin pesar,
a las bifurcaciones del cauce,
ya sin temor,
a la corriente                                          
ya perdida,
las paradojas se multiplican
¡Ay del momento que me decidiste finita!
Cómo se supone que hable
tu idioma
el de los sueños,
teatro microscópico de los astros
si es un problema de códigos
mi sufrimiento,
inventar
un Dios
un credo                          
(ya perdida,
no descarriada )
Entederme o entenderte
¡cómo si fuera tan fácil!
Donde todos
encuentran
felicidad
yo
te encuentro
riendo,
con clara sorna,
del misterio errante
que me estructura
en mil facetas de mi misma
con tu denominador
y un lápiz,
convoca esta desdichada mano
a escribirte,
vida.