lunes, 6 de mayo de 2013

Insomne reflexión

La paz del sueño, la belleza de la inconsciencia, el denso caminar en tierras perdidas o añoradas, muchas veces surge sólo cuando ya no hay resistencias, sólo cuando el abatimiento emocional es tan grande que lo único que calma es perderse entre las lágrimas cansadas. La poesía quebrada tal vez. Me redescubro entre el rocío del amanecer, alterada, viva, me irrumpe anunciando la llegada del temido mañana ¡Ay noche, por qué te dormís y me olvidás! Quisiera ser tu prisionera eterna, no me entregues al dolor de lo que debe suceder ¡Ay noche! Tan poco te pido: no quiero ser un espectro ¡No me dejes escapar noche! En el día ando tan perdida, un rostro arrancado y un cuerpo disonante, eso es lo que soy. El corazón en el limbo, sufriendo (siempre sufriendo) de haber sido separado de su cuerpo amante pero es que este mundo los separó desde el primer llanto. Los días me han traicionado, las noches también. No hay más escapatoria que fingir la carrera hasta el más allá de todas las vanalidades que fagocitan mi vida. No pretendo más.

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