martes, 8 de enero de 2013

La fragata Libertad y la ficción mediática

Ciertos aspectos de los medios indignan; que manipulen la información para brindar una perspectiva que fortalezca sus intereses es algo ya muy sabido, así que no me voy a explayar en ese aspecto, pero si quisiera tratar uno de los temas que tanto se debate (sin pensar) en la agenda mediática. Si, adivinaron: la fragata Libertad. Voy a ser aún más específica: el retorno de la fragata Libertad. 
Hoy tuve el placer de ver un titular del tan aclamado TN, que decía (no con estas exactas palabras, disculpen la imprecisión) que al festejar el regreso de la fragata, se festejaba que la fragata había sido embargada, obviamente, con toda la carga de ironía posible. Primero debo de remarcar que los festejos por el embargo ya han sido realizados previamente por casi todos los periodistas de ese canal, exultantes de no estar solos en la fastidiosa tarea de desprestigiar y atacar al gobierno y de haber encontrado un nuevo compañero de batalla: los fondos buitres. De más está aclarar que poco les interesa la situación del país, lo importante para ellos es la situación del gobierno. De todas formas, este conflicto excede la lógica Clarín-Gobierno, aunque de ambos lados se insista en reducir un asunto internacional a una batalla de amor y odio; también, excede a los sentimientos que algunos pocos puedan sentir por la fragata; es una cuestión que implica a muchos: a países, regiones,  partidos políticos (y económicos), formulando un código de funcionamiento político. Entonces, ahora voy a presentar una pregunta para algunos tan obvia que resulta retórica, ¿es festejar que un país tercermundista haya logrado a través de vías legales por organismos internacionales, sin someterse a las demandas económicas de estos fondos buitres, festejar un embargo? Sólo un ciego, sordo y mudo político puede afirmar (y adherir) a este planteo tan básico y malintencionado, que hoy vi en TN, y que seguramente seguiré viendo en el transcurrir de la semana en diversos programas de "análisis" político. 
Como se habrán dado cuenta, no me gusta los extremos; que hayamos ganado esta batalla no significa que seamos plenamente soberanos, libres e independientes, como promulgan los periodistas del otro bando. Esto significa que hay una conducta a reivindicar y a profundizar; significa que existe un camino  que excede al sometimiento, al que tan acostumbrado está nuestra historia. 
Para terminar les dejo dos preguntas, para algunos irónicas y para esperanza de otros, todavía sin respuesta: ¿Será este el comienzo de una nueva configuración mundial,  por supuesto con contradicciones, pero al fin y al cabo más amable con Latinoamerica? ¿O se estará posicionando Lationamerica desde otro ángulo en la configuración mundial?

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