sábado, 17 de agosto de 2013

Me condeno poeta

I

Poeta del ahora
poeta del entonces,
¡Cuánto has sufrido!
Te has visto crecer fuego ardiente
y amar soles de hielo
en el silencio
de versos callados,
reías.
Tú alimentas el pulmón del tornado,
y tus piernas dibujan la ruta
hacia las manos desnudas
en pulso viciado,
frustrado,
en el tren
por la imprudente ausencia de papel.
No sabes de destinos,
siempre has sido gitano,
vagando como carta antigua que nunca llegó,
vagando con sonrisa pretérita fugada de la memoria.
Siempre has sido
tan sólo lo que debiste ser
poeta;
poeta de la esperanza
con la luz del cielo sepulcro
con las metáforas de niño veraniego;
poeta de la contemplación
prófugo de la tarde otoñal;
poeta de la rima
hostigando desde el principio hasta el fin;
poeta del exilio
devenido en lágrimas
por el rechazo de la vernácula fatalidad;
poeta inmortalizado
en el dorso del envoltorio de un chocolate;
poeta del idilio
nadando lagunas de néctares mentales.
Poeta,
tú sólo conoces pasos de ecos
ríos que sienten
corrientes de dioses coléricos
mañanas de carne y fatiga
ansiedades de manuscritos revueltos
fantasías de palabras irrecuperables, olvidadas en un
parque soleado o en un ventanal lluvioso.
Poeta
eres inquebrantable, 
en tu empatía por cada célula que gime desesperación oculta, 
en el caminar confundido, 
indefinición
neurosis y enfermedades psiquiátricas.
Poeta del ahora,
poeta del entonces
¡Cuánto has sufrido!


II

Poeta,
arranca el dolor
arranca tu piel y abandona tu raza:
olvidate de los versos recitados en insomnios de asilo lunar
conviértete en el mono que, intolerante
brota de ira tras el operador,
la llamada en espera
y la factura que no llega.
Véndente,
a la burocracia,
a las charlas indignadas
al vocablo inseguridad
y a la lectura atropellada del diario sensacionalista.
Porque, si no puedes soportar ni cumplir
el deseo de transcender
este plano
y lanzarte lejos, a lo desconocido, a
lo único más perpetuo que la muerte,
te queda solamente
el mono intolerante
la burocracia
la charla indignada
el vocablo inseguridad
la lectura sensacionalista...
Pero poeta ¡incinera esa pasión que amenaza con convertirte en
cenizas !
Haz lugar a los soberbios, a los prácticos, a los vendidos,
a los muertos que con su alma chirriando
muestran sus celulares y posan engreídos;
Métete en el circo,
haz malabares y golpeate una y mil veces,
hasta perder
tu sentido
tu identidad.
Poeta, fallece a voluntad,
antes que te obliguen a mimetizarte,

el mundo ya está en epidemia fatídica...


III

Poeta
la muerte en vida
jamás te ha seducido,
tu sólo
hablas el lenguaje del aura y el aire.
Tu, resistes,
con la etiqueta imprecisa,
en el suicidio tardío,
en la vida prematura
porque, poeta,

transformas las lágrimas en palabras
das vuelta la hoja y escribes:
14 de julio
dos puntos
todo podría haber sido diferente.

4 comentarios:

  1. Es inevitable deber curar de manera total la neurosis del hoy, para que el poeta del hoy pueda expresar lo que tiene tapado, seco. Sin psicoanálisis el poeta del hoy no podrá ser poeta, ni el músico, el pintor, o el que aspira por soñar.

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  2. Ay! Para mi no hay que curar estas "neurosis" que describo en el poema, ya que es la etiqueta que se les da a los diferentes, a los que trascienden el plano y se alimentan (y sufren) de planteos existencias. La psicología los pretende reducir a enfermos. Pero claro, es una postura ideológica mia y no pretendo imponerla; tengo cierta resistencia a la psicología y más aún si se trata de Freud ajajaja De todas formas, me resulta interesante tu interpretación, ¡qué sería la poesía sin la subjetividad del lector!

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  3. http://ndirassar.blogspot.com.ar/2013/09/neurosis-de-hoy-y-de-ayer.html

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  4. Te respondo por acá porque no puedo responderte en ese blog:
    Es un planteo complejo y enriquecedor. De todas formas, voy a seguir defendiendo que lo que se hace llamar "enfermedad" es una etiqueta social, cargada de prejuicios y concepciones del tiempo histórico. La psicología supo ser la respuesta a eso, y el faro hacia la normalización.

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